Oh bienaventurado Juan Martín Moye, tú que por los ejemplos
de tu vida y el constante ejercicio de virtudes heroicas has merecido la gloria
de los que la Iglesia honra con un culto especial, recibe nuestros homenajes y
confiadas súplicas.
Sé nuestro poderoso intercesor cerca de Dios, a fin de que
crezca y prospere en número y en fervor la Familia de las Hermanas de la
Providencia, nacida de tu corazón desbordante de amor a los Sagrados Corazones
de Jesús y de María.
Alcánzanos las gracias que solicitamos para nosotras y
especialmente la de vivir aquí abajo en la práctica de las virtudes, cuyo vivo
símbolo quedas entre nosotras, a fin de que un día merezcamos unirnos a ti en
el cielo. Amén.
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